EXPERIENCIAS QUE MARCARON MI VIDA

Tuve mi primera menstruación antes de los 10 años de edad por un desarreglo hormonal, desarreglo que me llevó a tener una hemorragia que me tuvo en cama varias semanas y en recuperación durante meses. ¿Cómo logré recuperarme? mi madre, una enfermera y madre dedicada, investigó lo necesario para darme una alimentación que recuperara mis niveles de hematocrito y hemoglobina y quitó de mi alimentación todo lo que afectaba mi sistema endocrino. Antes ya había visto como la  alimentación de mi padre mejoraba o empeoraba sus niveles de colesterol y cómo mi hermano con una arritmia cerebral debía mantener una dieta estricta para que su cerebro estuviera sin sobresaltos. Así que desde niña fue para mí evidente cómo se relacionaba la alimentación con la salud del cuerpo.

HISTORIA 2

En el 2006 trabajaba en un hospital especializado en enfermedades cardiovasculares, hacía 3 años me había graduado como ingeniera industrial y trabajaba en el área de calidad. En un examen ocupacional salió leche de mis pezones, no estaba enferma, pero por recomendación médica me sugirieron tomar un medicamento que impactaba mi hipófisis, la principal glándula del sistema endocrino. Inmersa en el sistema de salud convencional confié en el medicamento que me estaban recetando, Bromocriptina, este medicamento supuestamente regularía mi hiperprolactinemia, pero el diagnóstico era errado, una mujer joven en edad reproductiva puede un día secretar leche sin que realmente tenga un problema. En lugar de equilibrarme el medicamento disparó mis niveles de prolactina, tuve problemas severos en todo mi sistema, vivía con vértigo y náuseas, me desmayaba a menudo, adelgazaba cada día más, lloraba todo el tiempo, tenía fuertes dolores de cabeza y ya no podía hacer operaciones matemáticas tan simples como una suma, simplemente no podía contar ni las monedas. Recurrí al mismo médico pero solo me dijo “pueden ser algunos efectos adversos, nada más”, bueno, para mí era todo, antes del medicamento estaba completamente sana y ahora ya no tenía ni fuerzas para caminar. Dejé de tomar el medicamento y fui a cuanto médico alternativo, proceso de sanación energética y tratamiento psicológico existía, llegué a pensar que había enloquecido porque eso era lo que me sugerían los médicos de urgencias de las clínicas a las que a veces acudía.

La sanación energética me ayudaba, el tratamiento psicológico también, pero no lograba recuperarme completamente. Las personas me agobiaban y solo podía realizar una actividad a la vez así que renuncié al trabajo y me fui a “morir” a mi pueblo natal, eso fue lo que le dije a mi madre el día en que llegué de nuevo a vivir con ella. De nuevo mi madre sabia y salvadora me llevó a donde un amigo médico, sabía de medicina convencional pero veía a las personas de manera integral, él me hizo un examen de sangre y se pudo ver mi grado de intoxicación o “envenenamiento” -diría yo – producto del medicamento. De nuevo, ¿Cómo me sané? durante un año tuve una alimentación especial cargada de frutas, vegetales y sobre todo mucho sol. Lo complementé con todo lo que me habían empezado a enseñar los maestros holísticos y alternativos, yoga y ejercicios de respiración. Al cabo de un año ya podía caminar sin desequilibrarme y todas mis habilidades para hacer cálculos matemáticos habían regresado. Duro aprendizaje, sí, pero con esto me volví desconfiada del sistema, de los medicamentos y con ganas de aprender más sobre la salud y todos los métodos alternativos para mantener un estado perfecto.

Luego de 12 años trabajando como ingeniera industrial me encontraba en una compañía laborando en el área de talento humano, en temas de aprendizaje, bienestar y liderazgo, netamente gestión humana organizacional. Tenía 36 años y desde mi episodio a los 26 años con Bromocriptina me había dedicado a estudiar técnicas de sanación energéticas y holísticas en paralelo a mi trabajo de ingeniera, había estudiado una especialización en enfermedades laborales, me había certificado en sanación Reconectiva y tenía maestros de yoga, meditación, seitai, sanación con plantas y Ayurveda. Aún no había tomado la decisión de dejar mi trabajo de ingeniera cuando fui despedida, resultado de un recorte de personal, pero creo ahora que fue resultado de algún mensaje oculto que yo le había enviado al universo, o resultado de un propósito diferente para el cual me tenía la vida. Bueno, estaba ahora sin empleo, terminando una maestría en gestión humana y con ganas de seguir aprendido sobre la integralidad del ser humano. También con la presión de generar los recursos para vivir en este mundo práctico de transacciones de dinero. Sabía que quería hacer algo diferente, qué exactamente no sabía, confíe y Dios me guió, la voz del espíritu santo empezó a decirme por dónde era el camino, aparecieron ángeles de carne y hueso, empecé a realizar sanaciones en una corporación, las hacía gratis durante todo el día para personas muy enfermas de escasos recursos, así estuve un año, aplicando lo que sabía en estas personas, fue mi internado, a veces me salían sesiones pagas, empecé a realizar sesiones de coaching antes de terminar mi certificación y a partir de ahí se aclaró mi propósito práctico de vida el cual cada día es más evidente y preciso.

Concluyo que cada momento en mi vida ha contribuido para ser esto que por ahora llamo “coach holístico de salud y bienestar”. Dios me va mostrando el camino y ahora puedo ver con mayor claridad para qué necesitaba vivir en carne propia los efectos adversos de un medicamento, una hemorragia que me dejó sin poder caminar durante semanas, un despido intempestivo y el poder sanador de la comida integrada con diferentes procesos alternativos y holísticos. Yo sé que se siente estar enfermo y que te consideren loco, estresado y que lo peor nadie te de soluciones, solo medicamentos que quizás te hacen más daño. Así que si llegaste hasta aquí, gracias. Soy coach de bienestar integral y pongo mi conocimiento, mi experiencia, los conceptos del Ayurveda y mi intuición al servicio de tu bienestar físico, mental y emocional.

HISTORIA 3

Me encanta conectar con el ser de amor que hay en cada uno de nosotros, seguiré siendo una aprendiz y observadora de los milagros presentes en cada momento de este caminar y en este recorrido me agradará poder servirte con lo que se, con mi intuición y con lo que estoy siendo.

EXPERIENCIAS QUE MARCARON MI VIDA

Tuve mi primera menstruación antes de los 10 años de edad por un desarreglo hormonal, desarreglo que me llevó a tener una hemorragia que me tuvo en cama varias semanas y en recuperación durante meses. ¿Cómo logré recuperarme? mi madre, una enfermera y madre dedicada, investigó lo necesario para darme una alimentación que recuperara mis niveles de hematocrito y hemoglobina y quitó de mi alimentación todo lo que afectaba mi sistema endocrino. Antes ya había visto como la  alimentación de mi padre mejoraba o empeoraba sus niveles de colesterol y cómo mi hermano con una arritmia cerebral debía mantener una dieta estricta para que su cerebro estuviera sin sobresaltos. Así que desde niña fue para mí evidente cómo se relacionaba la alimentación con la salud del cuerpo.

HISTORIA 2

En el 2006 trabajaba en un hospital especializado en enfermedades cardiovasculares, hacía 3 años me había graduado como ingeniera industrial y trabajaba en el área de calidad. En un examen ocupacional salió leche de mis pezones, no estaba enferma, pero por recomendación médica me sugirieron tomar un medicamento que impactaba mi hipófisis, la principal glándula del sistema endocrino. Inmersa en el sistema de salud convencional confié en el medicamento que me estaban recetando, Bromocriptina, este medicamento supuestamente regularía mi hiperprolactinemia, pero el diagnóstico era errado, una mujer joven en edad reproductiva puede un día secretar leche sin que realmente tenga un problema. En lugar de equilibrarme el medicamento disparó mis niveles de prolactina, tuve problemas severos en todo mi sistema, vivía con vértigo y náuseas, me desmayaba a menudo, adelgazaba cada día más, lloraba todo el tiempo, tenía fuertes dolores de cabeza y ya no podía hacer operaciones matemáticas tan simples como una suma, simplemente no podía contar ni las monedas. Recurrí al mismo médico pero solo me dijo “pueden ser algunos efectos adversos, nada más”, bueno, para mí era todo, antes del medicamento estaba completamente sana y ahora ya no tenía ni fuerzas para caminar. Dejé de tomar el medicamento y fui a cuanto médico alternativo, proceso de sanación energética y tratamiento psicológico existía, llegué a pensar que había enloquecido porque eso era lo que me sugerían los médicos de urgencias de las clínicas a las que a veces acudía.

La sanación energética me ayudaba, el tratamiento psicológico también, pero no lograba recuperarme completamente. Las personas me agobiaban y solo podía realizar una actividad a la vez así que renuncié al trabajo y me fui a “morir” a mi pueblo natal, eso fue lo que le dije a mi madre el día en que llegué de nuevo a vivir con ella. De nuevo mi madre sabia y salvadora me llevó a donde un amigo médico, sabía de medicina convencional pero veía a las personas de manera integral, él me hizo un examen de sangre y se pudo ver mi grado de intoxicación o “envenenamiento” -diría yo – producto del medicamento. De nuevo, ¿Cómo me sané? durante un año tuve una alimentación especial cargada de frutas, vegetales y sobre todo mucho sol. Lo complementé con todo lo que me habían empezado a enseñar los maestros holísticos y alternativos, yoga y ejercicios de respiración. Al cabo de un año ya podía caminar sin desequilibrarme y todas mis habilidades para hacer cálculos matemáticos habían regresado. Duro aprendizaje, sí, pero con esto me volví desconfiada del sistema, de los medicamentos y con ganas de aprender más sobre la salud y todos los métodos alternativos para mantener un estado perfecto.

HISTORIA 3

Luego de 12 años trabajando como ingeniera industrial me encontraba en una compañía laborando en el área de talento humano, en temas de aprendizaje, bienestar y liderazgo, netamente gestión humana organizacional. Tenía 36 años y desde mi episodio a los 26 años con Bromocriptina me había dedicado a estudiar técnicas de sanación energéticas y holísticas en paralelo a mi trabajo de ingeniera, había estudiado una especialización en enfermedades laborales, me había certificado en sanación Reconectiva y tenía maestros de yoga, meditación, seitai, sanación con plantas y Ayurveda. Aún no había tomado la decisión de dejar mi trabajo de ingeniera cuando fui despedida, resultado de un recorte de personal, pero creo ahora que fue resultado de algún mensaje oculto que yo le había enviado al universo, o resultado de un propósito diferente para el cual me tenía la vida. Bueno, estaba ahora sin empleo, terminando una maestría en gestión humana y con ganas de seguir aprendido sobre la integralidad del ser humano. También con la presión de generar los recursos para vivir en este mundo práctico de transacciones de dinero. Sabía que quería hacer algo diferente, qué exactamente no sabía, confíe y Dios me guió, la voz del espíritu santo empezó a decirme por dónde era el camino, aparecieron ángeles de carne y hueso, empecé a realizar sanaciones en una corporación, las hacía gratis durante todo el día para personas muy enfermas de escasos recursos, así estuve un año, aplicando lo que sabía en estas personas, fue mi internado, a veces me salían sesiones pagas, empecé a realizar sesiones de coaching antes de terminar mi certificación y a partir de ahí se aclaró mi propósito práctico de vida el cual cada día es más evidente y preciso.

Concluyo que cada momento en mi vida ha contribuido para ser esto que por ahora llamo “coach holístico de salud y bienestar”. Dios me va mostrando el camino y ahora puedo ver con mayor claridad para qué necesitaba vivir en carne propia los efectos adversos de un medicamento, una hemorragia que me dejó sin poder caminar durante semanas, un despido intempestivo y el poder sanador de la comida integrada con diferentes procesos alternativos y holísticos. Yo sé que se siente estar enfermo y que te consideren loco, estresado y que lo peor nadie te de soluciones, solo medicamentos que quizás te hacen más daño. Así que si llegaste hasta aquí, gracias. Soy coach de bienestar integral y pongo mi conocimiento, mi experiencia, los conceptos del Ayurveda y mi intuición al servicio de tu bienestar físico, mental y emocional.

Me encanta conectar con el ser de amor que hay en cada uno de nosotros, seguiré siendo una aprendiz y observadora de los milagros presentes en cada momento de este caminar y en este recorrido me agradará poder servirte con lo que se, con mi intuición y con lo que estoy siendo.